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viernes, 20 de noviembre de 2009

Jesús Ora...

CAPITULO 17 - EVANGELIO DE SAN JUAN

POR: Juan Carlos Quintero Canal
Candidato Diócesis de Soacha

ORACION SACERDOTAL DE JESUS

En el capítulo 17 DE Juan, vemos un Jesús que ora por sus seguidores. En esta oración, de una manera íntima y a la vez informal, Jesús establece una comunicación sensible con el Padre.

La trascendencia de la Oración que Jesús realiza, debe ser analizada teniendo en cuenta:

· La Persona que la hace (Cfr. Jn. 1,1-4; Jn.1.14).

· El como es Proclamado o reconocido quien la hace. (Cfr. Jn. 1,1-14; Jn. 1,29; Jn. 1,34; Jn. 1,49; Jn. 4,25-26; Jn. 11,25; Jn. 8,12; Jn. 8,56-58; Jn. 10,11; Jn. 6,35)

· La ocasión que da origen a la oración (“Padre, la hora ha llegado” – Jn. 17,1), su cita con la Cruz, en donde concluirá la obra salvadora que le ha encomendado el Padre.

División de la Oración

La oración Sacerdotal que Jesús presenta al padre, contiene tres bloques:

Jn. 17,1-5 Ora por El mismo.

De una manera serena, levantando los ojos, demuestra Jesús la importancia de generar comunión con el Padre. Ora por el ante la llegada de la hora en que tendrá la cita con la cruz. Al pedir en la oración ser glorificado (ser digno de honor), cualquier duda sobre El queda sin piso, pues la respuesta del Padre es la gloria de la Resurrección. Es también claro que Jesús trasmite en la oración que la glorificación dada al Padre, se basa en concluir la tarea encomendada, con lo que se entiende que los elogios a Dios son verdaderos cuando su mandato ha sido cumplido de principio a fin.

Jn. 17,6-19 Ora por los Discípulos.

Al orar por los discípulos, inicia precisando la brillantes que le ha dado a Dios frente a los que son de su propiedad (Discípulos escogidos del pueblo de Israel). Para estos, Jesús pide que sean guardados en el nombre de Dios, es decir que permanezcan conforme a los que han aprendido por la palabra dada (Jesucristo). En su relación con el Mundo, pide que no sean atrapados (mundo como sistema, modelo, oferta, etc.), pero que en este mundo, realicen la tarea que les ha encomendado como evangelizadores para liberar del mundo a quienes están atrapados.


Jn. 17,20-26 Ora por todos los creyentes.

En esta parte, ora Jesús por todos, hablando de la unidad, de la cooperación entre todos y todos como un rebaño. Para esto, Jesús se ofrece como sacrificio (me santifico) que purifica el pecado cometido y con ello consagra a todos por la participación en el sacramento que nos deja y el cumplimento del mandato del amor. Para finalizar, refleja la unidad Cristina de la misma forma como el y el Padre están unidos.


Temas que Jesús aborda en la Oración

La Gloria
Jn. 17,1: Se refiere a la Gloria eterna pasada, presente y futura del Padre y del Hijo.
Jn. 17,10: La Glorificación del hijo en los Discípulos.
Jn. 17,22: El Hijo comparte la gloria sus Discípulos.
Jn. 17,24: Al compartir su Gloria en el Cielo, hace que los Discípulos la contemplen.

El Tiempo
Jn. 17,5: Habla sobre el pasado que ha sido eterno y la gloria que el Hijo ha tenido al lado del Padre.
Jn 17,24: Comparte con sus palabras la Gloria futura en el Cielo que es para todos.

El Amor
Jn. 17,23: El amor del Padre por los creyentes a través del Hijo.
Jn. 17,23-24 El amor del Padre por Jesús que lo Glorifica eternamente.

Peticiones
Jn. 17,1-5 Pide al Padre ser Glorificado.
Jn. 17,6-12 Guardar a los que el Padre ha dado a Jesús.
Jn. 17,13-19 Santificar a los que han recibido la buena nueva y la han reconocido.
Jn. 17,20-23 Todos los que los reciben sean uno
Jn. 17,24-26 Pide que puedan “ver mi gloria”


Sin duda alguna, la profundidad con la que Jesús, de manera personal, ora al Padre, se convierte en una enseñanza de obediencia, agradecimiento, ofrecimiento y súplica perfecta, que debe comenzar a impactar nuestra vida, para conforme a los deseos de Jesús, actuar en ella.

Te invito a revisar tu Biblia y descubre en este capítulo la sencillez del Maestro para orar profundamente...

jueves, 20 de agosto de 2009

¿Que podemos aprender del Buen Samaritano?

PARABOLA DEL BUEN SAMARITANO
Lc. 10, 25-37

La parábola narrada por Jesús para ilustrar que la piedad es un sentimiento de gran importancia y que cumplir el espíritu de la ley es tan importante como cumplir la letra de la ley.
La elección de la figura de un samaritano, considerado un herético para los sectores más ortodoxos de la religión hebrea, sirve para mostrar que no es la ortodoxia en la propia religión la que conduce a la vida eterna, sino la caridad de las propias acciones.
Revisión por Versículos

25 Se levantó un legista, y dijo para ponerle a prueba: «Maestro, ¿que he de hacer para tener en herencia vida eterna?».

Esta pregunta en otra oportunidad la hace un joven con cierta ingenuidad; pero en este caso, el legista no es ingenuo, es oportunista.
Tal vez nosotros mismos hemos caído mil veces en esta situación, a sabiendas que no solo la letra salva, preguntamos a Dios si estamos obrando correctamente, cuando pese a conocer la “ley”, sabemos que no le damos vida a la misma con nuestras acciones.

26 El le dijo: «¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees?»

Jesús que conoce el corazón y lo que en se guarda, juega con el legista al mismo juego de ley.
Hoy nosotros debemos saber leer para poder actuar conforme a la esencia de la ley y no con la letra estricta con que se graba.

27 Respondió: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.»

De esta manera el legista demuestra su conocimiento, pero no hace manifiesto su actuar.
El conocer no da derechos, los derechos se ganan practicando lo que conocemos a favor de los demás.


28 Díjole entonces: «Bien has respondido. Haz eso y vivirás.»

Conocer es importante, pero con lo que se conoce debemos general acciones. Jesús invita al legista a pasar del sustantivo al verbo que el es demanda.

29 Pero él, queriendo justificarse, dijo a Jesús: «Y ¿quién es mi prójimo?»

Talvez sabemos una y mil veces lo que Dios pide de nosotros, pero bajo el argumento de querer estar seguros y no tener malas interpretaciones, indagamos sobre a quien buscar, en donde está, si yo supiera…. Etc.
Justificarse, como lo hace el legista, es ignorar lo que sin demasiadas complicaciones Dios solicita con nuestro actuar

30 Jesús respondió: «Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de salteadores, que, después de despojarle y golpearle, se fueron dejándole medio muerto.

Ilustrar geográficamente la situación nos ubica en nuestro propio mundo, en donde existen situaciones que llevan al hombre al extremo del peligro espiritual y material. Ir de lo santo (Jerusalén) bajando hacia el peligro de la oferta que nos hace perder (como es el camino hacia Jericó con salteadores). Jesús sencillamente ilustra la situación que en el mundo puede vivir cualquiera de los que lo habitan.

31 Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verle, dio un rodeo.

El sacerdote que encarna en la historia al que conoce e interpreta la ley, aquel que al parecer sabe todo lo bueno y lo malo, pero que al momento de llevar la letra a la acción piensa, analiza, juzga, encasilla, etc. Mientras que aquel que lo necesita sucumbe lentamente hasta que tal vez se pierde.

32 De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio le vio y dio un rodeo.

El Levita, el servidor, no se diferencia del sacerdote, pues de la misma manera trata de atar todo lo que sabe eliminando la posibilidad de actuar frente a lo que en realidad requiere su servicio.

Para los dos casos anteriores, el pensar que el problema de un hermano, encarnado por el hombre mal herido de la parábola, puede contaminar y es mejor “no meterse”, es una actitud que refleja la indiferencia que hoy reina en el mundo y con la cual hasta se es indiferente frente a lo que Dios nos muestra.





33 Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión;

El Samaritano, hombre que es criticado por su posición, quizá desconocedor de la ley, tiene en su corazón la forma de amar de Dios.

34 y, acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él.

No actúa según la letra, actúa según lo que la ley debe inspirar en el corazón de quien recibe a Dios.
El romper la indiferencia puede parecer en oportunidades que no cumplimos con la rigurosidad de lo escrito, pero sin dudas el ejemplo de Jesús nos invita a que nos dejemos llevar por los sentimientos que el recibir la ley, a Dios mismo debe, despiertan en un corazón que como tierra fecunda hace brotar de la semilla (letra), fruto que sirve (verbo).

35 Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y dijo: "Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva."

Mas allá de un acto de misericordia, debemos dar continuidad a la acción que hemos realizado; vivir la misericordia, saca de la tentación de la indiferencia y saca de la ley mosaica, de esta manera es que mejor se cumple la ley de Dios de amar con misericordia.

36 ¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?»

Ahora el interrogado es quien preguntaba; el que con la ley preguntó, ahora es cuestionado con la misma ley, pues ella habla del prójimo y el prójimo se había ignorado al querer buscarlos y no hacerse.


37 El dijo: «El que practicó la misericordia con él.» Díjole Jesús: «Vete y haz tú lo mismo.»

Por este motivo es que Jesús invita a este legista a que toda palabra que ha grabado en la mente, sea ahora dinamizada en el corazón y así no solo se lea, sino que se cumpla con acciones que muestren al mundo que Dios obra desde nuestra propia vida.

jueves, 25 de junio de 2009

Reflexionar sobre el Credo Apostólico... Hermosa confesión de la Fe

MEDITACION, REFELXION Y ANALISIS

El Credo es un símbolo de la fe en el cual se articula toda la creencia de la Iglesia. Los dos símbolos mas importantes son: el Símbolo de los Apóstoles, que es el antiguo símbolo bautismal de la Iglesia de Roma y el Símbolo niceno-constantinopolitano, fruto de los dos primeros Concilios Ecuménicos de Nicea (325) y de Constantinopla (381), y que sigue siendo aún hoy el símbolo común a todas las grandes Iglesias de Oriente y Occidente.
Cuando proclamamos nuestra fe, lo hacemos con el Credo y su contenido debe no solo recitarse, sino llevar con cada palabra el verdadero sentimiento de nuestro corazón.

Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra,
Creo que existe y reconozco un Dios que nos ha creado a nosotros y a todo el universo, Reconocemos que El es lleno de poder, Sabiduría y Amor; El es el autor de todo lo que existe.
Jesús lo confirma en el NT: “es el único Señor” (Mc. 12, 29).
Por lo anterior, al profesar a Dios único, todopoderoso y creador de todo, mis acciones, palabras, hechos y en general mi ser, debe cerrar la posibilidad a que cualquier cosa o persona que no sea Dios mismo, desvíe mi atención de El.

y en Jesucristo su Único Hijo, Nuestro Señor,
Cuando se menciona el nombre de Jesús en esta frase y al ser el verbo de la misma, expresamos que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios vivo; Mesías, ungido; único Hijo engendrado de Dios, que eternamente está unido a El; es la Palabra de Dios, hombre verdadero y Dios verdadero. Al llamarlo nuestro “SEÑOR” reconocemos que El ha recibido poder sobre toda la creación.

Jesús, ha sido enviado al mundo “para dar testimonio de la Verdad” (Jn. 18, 37), que es re-afirmar al mundo lo que Dios es y quiere. Al ser hijo de Dios, hace parte de su esencia divina y verdad eterna. De esta manera lo reconocemos.

que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo; nació de Santa María Virgen,
En esta parte de nuestra proclama de fe, reconocemos y creemos que la Palabra de Dios hizo carne (encarnación), volviéndose hombre para el propósito de nuestra salvación. Jesús es concebido por el poder del Espíritu Santo en el vientre de la Santísima Virgen María (misterio). De esta manera decimos creer que Jesús el hijo de María, es el hijo de Dios.

Jesús encarnado, está compuesto de alma racional y de cuerpo; consubstancial con el Padre según la divinidad, y consubstancial con nosotros según la humanidad; “en todo semejante a nosotros, menos en el pecado” (Hb. 4, 15); nacido del Padre antes de todos los siglos según la divinidad y, por nosotros y nuestra salvación, nacido en estos últimos tiempos de la Virgen María, la Madre de Dios, según la humanidad».

En cuanto a María, al mencionarla en nuestra profesión de fe, reconocemos que por la gracia de Dios, permaneció sin pecado personal durante su existencia. Ella es la «llena de gracia» (Lc. 1, 28). También reconocemos en María la obediencia libre que tiene a Dios, pues cuando el ángel le anuncia que va a dar a luz «al Hijo del Altísimo» (Lc. 1, 32), ella da libremente su consentimiento «por obediencia de la fe» (Rm. 1, 5).

En este sentido, vemos la pureza total de Jesús, al creer en un Dios encarnado (Divinidad de su esencia), en una mujer limpia de pecado y obediente al Padre (carne limpia).

padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, Padecer es vivir el sufrimiento. De esta manera reconocemos que Jesús, hijo de Dios, renuncia a toda su Divinidad para poder sufrir por y como nosotros. Creemos entonces que El tomó sobre si mismo el castigo que nuestros merecían y solo El pago el precio de la debido por nuestros pecados y murió como cualquier ser humano.

Jesús que como hombre (carne) y como Dios con amor, padece por el mundo, proclamado en esta parte del Credo, debe ser nuestro único camino de salvación, ejemplo de vida para amar a Dios padre y motivo para morir en esta vida y nacer a la verdadera vida eterna.

Por lo anterior, proclamar nuestra fe en la muerte y resurrección de Jesús, es declarar al mundo nuestra disposición de cargar con el la cruz, morir al pecado y nacer a la presencia de Dios.

descendió a los infiernos,
Jesús no termina su misión muriendo y resucitando, entre estos dos momentos creemos que fue al lugar donde todos aquellos que no habían recibido su redención, se encontraban esperando su liberación. Con esto, nos comprometemos a mantener las puertas del infierno cerradas, a no tocarlas ni abrirlas, pues nuestras puertas meta deben ser las del Cielo.

al tercer día resucitó de entre los muertos;
Creer en la resurrección de Jesús, es manifestar nuestra fe completa en el misterio pascual. Jesús venció la muerte por el poder de Su resurrección. Los tres días son un signo para los creyentes, una confirmación de la santidad de sus palabras. El destruyó la muerte porque no tenia pecado y la muerte es el precio por nuestros pecados. El murió para que nosotros podamos vivir eternamente a través de Su resurrección.
La Resurrección es la culminación de la Encarnación. Se constituye en prueba de la divinidad de Jesús, confirma todo lo que hizo y enseñó y realiza todas las promesas divinas en nuestro favor. Es el principio de nuestra resurrección.

subió a los cielos, está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso;



Decimos en esta parte que somos creyentes de la fidelidad de Jesús, Quien esta sentado a la derecha de Dios como Rey de Reyes y Señor de Señores, allá El prepara un lugar para nuestras almas y envía el Espíritu Santo para darnos Esperanza y Confianza en El.

desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.



Jesús nos prometió un regreso, su segunda venida, por ello expresamos aquí nuestra convicción sobre ese regreso en Gloria. Sabemos que después de muertos a esta vida seremos juzgados y también creo en el Juicio Final para todo el mundo.

Creo en el Espíritu Santo,
Con esta proclama, reconocemos la tercera persona de la Santísima Trinidad, el Espíritu Santo quien nos ha hecho templos de su Gloria. El Espíritu Santo es Dios nuestro abogado, maestro y consolador. El es el Espíritu de Amor y de Paz del Padre y del Hijo. El Espíritu Santo “ha sido enviado a nuestros corazones” (Ga. 4, 6), a fin de que recibamos la nueva vida de hijos de Dios.
Con esta parte, junto con las dos primeras, reconocemos a Dios trino y uno.

en la Santa Iglesia Católica,
Jesús fundo Su Iglesia sobre Pedro la roca, y que esta Iglesia todavía esta firme por el poder de Sus palabras a través de sucesión apostólica hasta el día de hoy; reconocemos entonces que nosotros debemos de someternos a las enseñanzas del Magisterio de la Una, Santa Iglesia: Católica, Apostólica y Romana.
Reconocer a la Iglesia en toda su dimensión nos compromete a trabajar en ella, pues somos parte integral de la misma bajo una sola cabeza, Cristo.

en la Comunión de los Santos,
La Iglesia es el cuerpo de Cristo, El es cabeza y nosotros somos los miembros. Por Gracia de Dios permanecemos en su Espíritu y entramos en comunión con las almas de aquellos quienes ya han ido ante El. Los que ya han partido, siendo en su vida terrenal Iglesia, son ahora Iglesia del cielo.
Así confirmamos nuevamente que lo que somos como hombres terrenos, seremos cuando por la muerte, debamos integrarnos a la iglesia celeste que alaba a Dios en el cielo.

en el perdón de los pecados,
Al reconocernos pecadores y que el pecado nos aleja de nuestro fin, la patria celestial, debemos buscar el perdón de los mismos. Por ello decimos que todos los pecados cometidos, excepto aquellos cometidos en contra del Espíritu Santo pueden ser perdonados, pues Jesús es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo.
Afirmamos en este frase que reconocemos el poder de perdonar los pecados dado por Cristo a los Apóstoles y continuado por sucesión apostólica a todos los Sacerdotes Católicos y Ortodoxos, en el Sacramento de la Penitencia donde nosotros somos reconciliados con Dios.

en la resurrección de la carne, y en la vida eterna. Amén.
Esta última frase, sella nuestra firme creencia en las palabras de Jesús: "Yo te levantaré en el ultimo día.". Al terminar con el AMEN, puntualizamos que lo dicho así es y así será.



REFLEXIÓN GLOBAL

Comprender que el Credo no es solo un juego de palabras, sino una síntesis de todo lo que nuestra vida siente y alberga al creer en Dios, su obra y su amor, debe ir mas allá de la proclama. Cada palabra dicha debe meditarse a profundidad y con todo lo que ella contiene. Actuar como lo que decimos es vivir como Dios quiere.

viernes, 12 de junio de 2009

A PROPOSITO DE LA PARTIDA DE LOS SERES QUERIDOS



Por Juan Carlos Quintero Canal



Candidato al Diaconado Permanente - Diócesis de Soacha






MORIR PARA VIVIR

Queridos hermanos en Cristo Jesús,
Hablar de vivir, hablar de morir, es hablar de dos temas que como simples palabras, al parecer se contradicen. Cualquiera que comprenda la palabra plana, podría decir que si vives no estas muerto y si estas muerto, no puedes estar vivo; mas pensar solo de esa manera, es pensar materialmente, es pensar terrenalmente como una simple realidad biológica.

Si la muerte la vemos como una negación de la vida, entonces vale lo que decía san Pablo: “comamos y bebamos, que mañana moriremos”, pues según la concepción vacía de la simple palabra, no hay nada mas que hacer.
Debemos entonces regresar toda la película y empezar a descubrir que hay en lo profundo de cada una de estas palabras; hay culturas que le han dado un sentido más alto: la muerte es una oportunidad de construir destino, es decir finalidad real y clara desde el saber que ocurre por algo y para algo.

Como Cristianos, la realidad de la muerte no puede ser contraria a la realidad que también es la vida, pues la muerte debe ser vista como un invento de la vida para poder dar sentido definitivo a una verdadera vida. En ese contexto, llegar a la muerte no es un objetivo-término, debe ser mejor un fin-meta, es decir el arribo a un punto del que se parte a otro en donde se nos acogerá definitivamente.

La muerte (que significa el fin ni significa ello), debe ser fiesta. Por ejemplo, San Francisco de Asís balanceó todas las cosas, desde oscuras a claras, viendo de esta manera la muerte como hermana que acompaña y no como enemiga que quita; así, mientras ocurría su trance cantaba salmos y alabanzas a quien lo recibiría, Dios mismo. Por ello al hablar que nuestra realidad no es vivimos para morir; sino morimos para vivir. Mejor aun con la muerte obtenemos la resurrección a la vida verdadera.

A partir de estas cortas claridades, concentrémonos en el morir para vivir.

Una primera forma de verlo es a partir de lo que estrictamente ocurre con nosotros; fijémonos en lo que nos dice Jesús "En verdad les digo: Si el grano de trigo no cae en tierra y no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. El que ama su vida, la destruye; Y el que desprecia su vida en este mundo la conserva para la vida eterna" (Jn. 12: 24-25). Con esta comparación, el Maestro nos lleva a entender claramente que en esta vida terrenal, somos semilla, que al morir (dejar de ser semilla, dejar de ser terrenos) y ser enterrados, brotamos en una nueva forma (la planta) que no es más que resucitar a la vida eterna, la misma semilla pero transformada.
Observemos ahora en II Timoteo lo que morir es para Vivir. "Si hemos muerto con él, con él también viviremos. Si sufrimos pacientemente con él, también reinaremos con él." (2 Tim. 2:11-12)

También morir para vivir, debe contemplarse que aun estando vivos terrenalmente, debemos morir en y para algunas cosas, por ejemplo “vivir como muertos al pecado y vivos en Cristo”. (Rm. 6:10-11).
Entonces si en vida debemos morir, pero continuando vivos, ¿a que es lo que debemos morir?. En nuestra vida terrena debemos hacer morir cosas que nos alejan de la vida definitiva y eterna, esas cosas son el pecado que nos aleja de Dios.

De nosotros depende que muera la falta de amor por Dios, el prójimo y por nosotros mismos, el odio, el rencor, el chisme, los pensamientos y las acciones impuras, el adulterio, la fornicación, la pereza, la gula, la mentira, la ambición yen general todo acto que va en contra de lo que Dios y su hijo nos han enseñado. Es definitivo, necesario e indispensable que nuestra vida muera a todo esto.
Ahora, ¿es fácil desde nuestra condición humana, hacer que todo esto muera?; la respuesta sin duda alguna es no!, pues tal y como somos creación de Dios, también somos objetivo del mal que cada vez se preocupa de tener mas y mejores estrategias para sucumbamos ante sus tentaciones.

Entonces, ¿Qué debemos hacer?. Ante nada, debemos reconocer que solos no venceremos y por ello necesitamos de una ayuda permanente, la ayuda del Paráclito, el Espíritu Santo. S.S. Juan Pablo II nos advierte con gran insistencia: "Tenemos que dejarnos guiar por el Espíritu Santo".

Cuando por medio de nuestra oración continua y fervorosa invocamos la ayuda del Espíritu, esta no se hace esperar, por el contrario acude de inmediato para defendernos de todo aquello que nos aleja de la vida verdadera; Y es que el poder de todo Cristiano debe ser la Oración, la invocación, la entrega a Dios; de esta manera venceremos en todo tiempo y momento la fuerzas del mal, esas fuerzas a las que debemos morir y que siempre buscaran herir nuestra fe y desviar el camino que Dios no ha trazado.

Si podemos morir a las ofertas de un mundo que nos absorbe constantemente, entonces viviremos para Jesús.

Hacer realidad esa vida demanda de nosotros una misión: “Amar a Dios con todo el corazón, el alma y las fuerzas y amar al prójimo, incluso a nuestros enemigos, como a nosotros mismos” (Lc. 6:27; 10:27); “hacer discípulos a todas las naciones” (Mt. 28:19); “ser sal de la tierra y luz en el mundo” (Mt. 5:13-14); “ser perfectos” (Mt. 5:48); “vivir en paz con el prójimo” (Mc. 9:59); “Tengan entre ustedes los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús” (Fl. 2:5).

Es así hermanos como abrimos los ojos a la vida y auque es una gran tarea la que Jesús nos ha dejado, gracias a Dios que contamos con su promesa sobre que no desfalleceremos porque ya "no hay ninguna condenación para los que están unidos a Jesús” (Rm. 8:10); “Para aquellos en cuyo corazón habita el Espíritu Santo, todo lo que merecíamos conforme a la ley, fue eliminado por la muerte y resurrección de Jesús” (Rm 8:1-4).

Vivir así "en el Espíritu" es algo maravilloso, es vivir de verdad, pues experimentamos la magnífica verdad: “no es uno el que vive, sino que es Cristo el que vive en uno” (Gál. 2:20).

En nuestro tiempo, pareciera que todo cuanto nos rodea es una prueba, un llamado de la muerte eterna, una limitación cada vez mayor a cumplir la voluntad de Dios; seguramente caeremos, pero también sabemos que al no estar solos, nos levantaremos y nunca mas ese abismo nos atraerá. Todos podemos tener esperanza, porque el poder del Espíritu Santo actúa en nosotros y su poder es ilimitado.

La patria Celestial es la meta de nuestra vida, es el propósito real para el que vivimos en este mundo. Fuimos creados para vivir con Dios viéndolo cara a cara, muriendo a la seducción del mundo y viviendo para la misión que nos ha encomendado. ¡El cielo es nuestro hogar! contemplemos a Jesús sabiendo, por fe que cuando El regrese en gloria, nos resucitará y nos llevará consigo.

Pensemos hoy en nuestro bautismo, ese fue el comienzo de nuestra marcha hacia el cielo. Con el nuestro ser interior, comienza a anhelar la plenitud de la vida, a sentirse atraída por ella. "no tenemos aquí ciudad permanente, sino que vamos buscando la futura" (Hb. 13:14).



domingo, 7 de junio de 2009

PENTECOSTES... DIA DE FIESTA

Esta maravillosa celebración de la Iglesia, en verdad nos permite renovar la presencia del Espíritu Santo en nuestra vida. Ese aleteo sobre nuestra vida, debe ser la fuerza que cada día nos impulse a enfrentar cada situación, con el total convencimiento que Jesús siempre exalará su aliento sobre nosotros, dandonos de esta forma cada uno de los dones del Espíritu Santo. BREVE VIDEO DEL HERMOSO PENTECOSTES VIVIDO EN SIBATE CUNDINAMARCA

sábado, 16 de mayo de 2009

JUBILEO DIACONAL

El sábado 16 de mayo, en la Catederal Primada de Bogotá, se celebró el gran Jubileo Diaconal y la celebración de los 14 años de la instaruración del Diaconado Permanente de Bogotá; la celebración estuvo presidida por el Sr. Cardenal, Mons. Pedro Rubiano Saenz.



El Diaconado Permanente fue restaurado en la Iglesia Católica Romana por el Concilio Vaticano II, siendo un ministerio del Sacramento de Orden, ejercido por hombres casados, acompañados por su esposa e hijos. Su ejercicio ministerial se centra en las dimensiones de la Palabra, Liturgia y Caridad. Para mas información, por favor visite: http://www.youpubli.com/links/?id=554

martes, 12 de mayo de 2009

Una Reflexión con Jeremias


Por: JUAN CARLOS QUINTERO CANAL – Candidato Primer Año.



Jeremias 20, 7-13
7 Me has seducido, Yahveh, y me dejé seducir; me has agarrado y me has podido. He sido la irrisión cotidiana: todos me remedaban.
8 Pues cada vez que hablo es para clamar: «¡Atropello!», y para gritar: «¡Expolio!». La palabra de Yahveh ha sido para mí oprobio y befa cotidiana.
9 Yo decía: «No volveré a recordarlo, ni hablaré más en su Nombre.» Pero había en mi corazón algo así como fuego ardiente, prendido en mis huesos, y aunque yo trabajada por ahogarlo, no podía.
10 Escuchaba las calumnias de la turba: «¡Terror por doquier!, ¡denunciadle!, ¡denunciémosle!» Todos aquellos con quienes me saludaba estaban acechando un traspiés mío: «¡A ver si se distrae, y le podremos, y tomaremos venganza de él!»
11 Pero Yahveh está conmigo, cual campeón poderoso. Y así mis perseguidores tropezarán impotentes; se avergonzarán mucho de su imprudencia: confusión eterna, inolvidable.
12 ¡Oh Yahveh Sebaot, juez de lo justo, que escrutas los riñones y el corazón!, vea yo tu venganza contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa.
13 Cantad a Yahveh, alabad a Yahveh, porque ha salvado la vida de un pobrecillo de manos de malhechores.

ANALISIS DEL TEXTO
Jeremías es un profeta que durante cuarenta años camina con su pueblo, mostrándoles amor sincero. No obstante lo anterior, nadie hacia caso de su anuncio.
Debe anunciar al pueblo sobre la caída de Jerusalén y Judá, por lo que fue acusado de traidor y desterrado a Babilonia; allí le ofrecen una vida cómoda, pero el prefiere compartir la suerte de su pueblo.

Jeremías, siendo joven, amigo de sus amigos recibe la misión referida y aunque objeta no saber hablar, de nada le sirve, pues el Señor lo ha seducido a cumplir con la tarea que le ha sido encomendada, con lo cual el profeta se siente, mas que convencido, engañado y forzado. Pese a lo que siente y el quererse desentender de su misión, confiesa no poder hacerlo, pues la llamada es como un volcán, imposible de apagar.

Las calumnias, burlas, señalamientos e intentos por acabar con el, los cuales recibe constantemente de todos los que lo rodean, llevan al profeta a realizar una confesión, bastante lírica, del dolor y amargura que estas producen en su ser. Aun con su dolor, inspirado por el gran ardor que la palabra divina crea en su ser, Jeremías confía en Dios y su promesa.

La confianza que el profeta tiene, se fundamenta en su oración constante y que por su naturaleza, relaciona constantemente con sus ser y entrañas, de tal forma que vence de esta manera los obstáculos propios y ajenos, que a diario se oponen al cumplimiento de lo que le ha sido encomendado. A pesar de todo el mal que le desea su pueblo, el no pide revancha contra ellos y muy al contrario, muestra con sus palabras el deseo de bien, una invitación permanente a la alabanza y obediencia y la seguridad en la victoria de Dios.


EL HOY DE JEREMIAS EN NOSOTROS
En el mundo actual se imponen muchos sacrificios para quienes no dejándose atrapar por este, quieren vivir de manera diferente. En la Sagrada Escritura, la vida y la historia se proponen como un camino a recorrer guiados por Dios.

En este caminar es necesario sentirse seducido por el fin al cual conduce y no distraerse con otros posibles caminos que aunque también seductores, no conducen a donde somos llamados por el Creador. Esto lo entendió Jeremías, colocando la palabra que el era dada frente a su comunidad, quienes tenían otros centros de interés e incluso Jeremías, sintiéndose débil, no abandonó la misión encomendada.

Asumir hoy la misión profética que nos ha sido encomendada en el Bautismo, conduce con alguna frecuencia a la soledad y abandono; ser profeta es nadar muchas veces contra la corriente, ser el hazmerreír de los demás, incluso de los mas cercanos a nosotros. Entonces, ¿Qué debemos hacer?.

Convencernos que no estamos solos, recibir la fuerza de Dios, renunciando a nuestra debilidad; reconocer que el llamado es como un volcán que no se apaga y contemplar esas misma experiencias en Abraham, Jeremías y Jesús entre otros muchos, son un primer camino a no renunciar y por el contrario continuar siendo anunciadores de la buena nueva.

Vivimos en una sociedad que quiere dejar a Dios de lado, los cristianos no estamos de moda y aunque quizás en este País no suframos cárcel, fango o incluso el martirio, si somos presas de la indiferencia y el aparto social. Dios nos cuida y por este cuidado (como el que tuvo con Jeremías), las palabras y acciones que en el nombre de Dios ofrecemos al mundo, desde nuestro hogar, trabajo, vecindad y en todos los roles, serán la bandera que invitará al prójimo a unirse a la causa de Jesús: la salvación de todos los hombres”.

Como Jeremías, con perseverancia y confianza, verdadera confianza, será posible que el hombre actual y nosotros mismos retornemos a la casa del Padre; comencemos por trasmitir y vivir la seducción de Dios desde nosotros y con nuestra Iglesia doméstica, con acciones, demos vida al Evangelio, reconociéndonos débiles, pero sujetos de la fuerza que el Espíritu nos imprime cada día para continuar con la misión.

viernes, 23 de enero de 2009

Tenemos que recibir al Hijo...

Alguna vez recibí este mensaje por correo... no se quien lo escribió, lo que si se es que el Espíritu Santo lo llenó de sabiduría. Ahora nosotros podemos aplicarlo y contarlo a los demás....
Un hombre rico y su hijo tenían gran pasión por el arte. Tenían de todo en su colección; desde Picasso hasta Rafael. Muy a menudo, se sentaban juntos a admirar las grandes obras de arte. Desgraciadamente, el hijo fue a la guerra. Fue muy valiente y murió en la batalla mientras rescataba a otro soldado. El padre recibió la noticia y sufrió profundamente la muerte de su único hijo.
Un mes mas tarde, justo antes de la Navidad, alguien tocó a la puerta. Un joven con un gran paquete en sus manos dijo al padre: Señor, usted no me conoce, pero yo soy el soldado por quien su hijo dio la vida. El salvo muchas vidas ese día, me estaba llevando a un lugar seguro cuando una bala le atravesó el pecho, muriendo así instantáneamente. El hablaba muy a menudo de usted y de su amor por el arte.

El muchacho extendió los brazos para entregar el paquete: “Yo se que esto no es mucho. Yo no soy un gran artista, pero creo que a su hijo le hubiera gustado que usted recibiera esto.”
El padre abrió el paquete. Era un retrato de su hijo, pintado por el joven soldado. El contempló con profunda admiración la manera en que el soldado había capturado la personalidad de su hijo en la pintura. El padre estaba tan atraído por la expresión de los ojos de su hijo que los suyos propios se arrasaron de lágrimas. Le agradeció al joven soldado y ofreció pagarle por el cuadro.

“Oh no, Señor, yo nunca podría pagarle lo que su hijo hizo por mi. Es un regalo.” El padre colgó el retrato arriba de la repisa de su chimenea. Cada vez que los visitantes e invitados llegaban a su casa, les mostraba el retrato de su hijo antes de mostrar su famosa galería.

El hombre murió unos meses más tarde y se anunció una subasta con todas las pinturas que poseía. Mucha gente importante e influyente acudió con grandes expectativas de hacerse con un famoso cuadro de la colección.
Sobre la plataforma estaba el retrato del hijo.
El subastador golpeó su mazo para dar inicio a la subasta. “Empezaremos los remates con este retrato del hijo, quien ofrece por este retrato?”
Hubo un gran silencio. Entonces una voz del fondo de la habitación grito:
“Queremos ver las pinturas famosas” “Olvídese de esa”.
Sin embargo el subastado persistió: Alguien ofrece algo por esta pintura? ¿$100.00? ¿$200.00?” Otra voz grito con enojo: “No venimos por esa pintura, Venimos por los Van Goghs, los Rembrandts. Vamos a las ofertas de verdad”.

Pero aún así el subastado continuaba su labor: “El Hijo, El Hijo, ¿Quien se lleva El hijo?”

Finalmente una voz se oyó desde atrás, el viejo jardinero del padre y del hijo. Siendo un hombre muy pobre, era lo único que podía ofrecer.
“Tenemos $10 ¿Quien da $20?”, grito el subastado.” La multitud se estaba enojando mucho. No querían la pintura de “El Hijo”. Querían las que representaban una valiosa inversión para sus propias colecciones. El subastado golpeo por fin el mazo: “Va una, van dos, VENDIDA por $10”

“Empecemos con la colección!”, grito uno. El subastado soltó su mazo y dijo: “Lo siento mucho, damas y caballeros, pero la subasta llego a su final” “Pero, y las pinturas?”, dijeron los interesados. “Lo siento” Contestó el subastado “Cuando me llamaron para conducir esta subasta, se me dijo de un secreto estipulado en el testamento del dueño.”

Yo no tenia permitido revelar esta estipulación hasta este preciso momento. Solamente la pintura de “EL HIJO” seria subastada. Aquel que la aceptara heredaría absolutamente todas las posesiones de este hombre, incluyendo las famosas pinturas. El hombre que aceptó quedarse con “EL HIJO” se queda con TODO”.

REFLEXION:
Dios nos ha entregado a su Hijo, quien murió en una cruz hace 2,000 años. Así como el subastado, su mensaje hoy es:

“EL HIJO, EL HIJO, ¿QUIEN SE LLEVA EL HIJO?” Quien ama al Hijo lo tiene todo.
Mateo 6:33 “Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas, se os darán por añadidura.”

¿Enfadado de escuchar esto continuamente?, vamos!!! no te preocupes!!!
simplemente olvida todo lo que aquí se dice, es tan fácil y sencillo, al fin y al cabo nadie se dará cuenta... ¿verdad?

¿NADIE...? Ahora si piensas de otra forma... Mejor aun... también con quienes están lejos de ti física, afectiva y sentimentalmente. A nosotros nos separa el espacio, y tal vez el tiempo, pero nos une un sentimiento de amistad y amor, que jamas se perderá...

DESPUÉS DE TANTOS AÑOS, ¿ES LA BIBLIA LA PALABRA FIEL DE DIOS?

Al revisar mi archivo de documentos impresos, me encontré con la copia del docuemento que a continuación, les trasncribo literalmente. La copia que poseo no tiene un autor específico, aunque en la parte de reflexión, se nombran muchas fuentes que conservo fielmente.

Creo que compartirlo es importante. Gracias a quien lo creó.

Hoy en día las comunicaciones están muy avanzadas existe el satélite, fax, etc.
PREG: ¿Si tuvieras que enviar un mensaje importante, cual de estos métodos usarías y porqué?
Probablemente usarías un teléfono pues es rápido y no es caro, si se tratara de documentos usaríamos un fax, pues entrega una hoja impresa. Veamos lo que sucedería si se escoge enviar un mensaje por intermedio de otra persona:
ECLIPSE DE SOL:
EL CORONEL AL AYUDANTE: Mañana a las nueve habrá un eclipse de sol, fenómeno que no ocurre todos los días. Ordene que salga la tropa a la calle en traje de faena, para que puedan observar esta rareza natural, y yo estaré presente para explicarla. En caso de que llueva, no podrá verse nada, así que ordenara usted que se lleven la ropa al gimnasio.
EL AYUDANTE DEL CORONEL AL CAPITÁN: Por orden del coronel, mañana a las nueve habrá un eclipse de sol; si acaso lloviera no podrá verse desde la calle y, por consiguiente en traje de faena el eclipse tendrá lugar en el gimnasio, cosa que no ocurre todos los días.
EL CAPITÁN AL TENIENTE: Por orden del coronel en traje de faena, mañana a las nueve tendrá lugar en el gimnasio la inauguración del eclipse de sol. El coronel dará la orden para que llueva, cosa que no ocurre todos los días.
EL TENIENTE AL SARGENTO: Mañana a las nueve, en traje de faena, el coronel eclipsara el sol en el gimnasio, como ocurre todos los días cuando hay buen tiempo; si llueve tendrá lugar en la calle.
EL SARGENTO AL CABO: Mañana a las nueve el eclipse del coronel en traje de faena tendrá lugar en el gimnasio, lastima que eso no ocurra todos los días.
PREG: ¿Qué podemos concluir al observar el mensaje inicial respecto del que le llegó a la tropa?, ¿Enviarías un mensaje usando el método del coronel?
Todos sabemos que muchas porciones de la Biblia antes de ser escritas posaron de generación en generación solo por boca, es decir, el padre se lo comunicaba a su hijo y este al suyo y así sucesivamente, incluso la misma Biblia tiene muchos años de escrita. Sobre la base de lo ocurrido con el coronel y su tropa en esta ocasión trataremos de contestar a las siguientes preguntas:

1.-¿Serán confiables los libros del antiguo testamento?
2.-¿Qué tomarías como fundamento para hablarle a otro que piensa que el Antiguo Testamento, por lo menos, no sería la palabra fiel de Dios?
En la edición de 1948 de su excelente libro Our Bible and Ancient Manuscripts (Nuestra Biblia y los manuscritos antiguos), Sir Frederic Kenyon, erudito dedicado al estudio del texto bíblico, decía: "En verdad, no hay posibilidad de que encontremos manuscritos del texto hebreo que se remonten a un período anterior a la formación del texto que conocemos como masorético. Solo podemos llegar a tener una idea de el mediante un estudio de las primeras traducciones hechas de el...".
En 1947, mientras se imprimía su libro, comenzaron los descubrimientos que imposibilitarían declaraciones como la de Kenyon. Hasta ese tiempo, los eruditos tenían solamente las tablas de arcilla de Babilonia y los papiros egipcios para ayudarse a entender la información de fondo sobre la Biblia, pues no se sabía que hubieran sobrevivido manuscritos tan anteriores del Antiguo Testamento.
Sin embargo, todo eso cambia con el descubrimiento de unos rollos en diversas cuevas a lo largo de la esquina noroccidental del Mar Muerto. Estos rollos dieron al mundo unos manuscritos de los libros del Antiguo Testamento, anteriores en mil años a cualquiera de los ya existentes. Hubo un alborozo inmediato por el encuentro.
El doctor William F. Albright, uno de los mejores arqueólogos del mundo, dijo en una carta a John Trever, quien tuvo parte integral en la revelación del hallazgo: "Mis mas calurosas felicitaciones por el más grande descubrimiento de manuscritos de los tiempos modernos! No cabe duda en mi mente que la escritura es más arcaica que la del papiro Nash (una porción muy pequeña del Antiguo Testamento, fechada entre el siglo segundo a.C. y el siglo primero d.C.)... Yo preferiría una fecha alrededor del 100 a.C. "Qué hallazgo tan increíble! Y felizmente no puede haber la menor duda en el mundo sobre la autenticidad del manuscrito."
Antes del descubrimiento de estos rollos, la copia completa más antigua del Antiguo Testamento en hebreo era el Códice Babilónico Petropalitano, del 1008 d.C. mas de 1.400 años después de terminado el Antiguo Testamento. Los fragmentos de los rollos del mar muerto cerraban ahora el vacío en unos mil años y dejaban al mundo en espera, para ver si el texto había sido transmitido con precisión. La respuesta fue un rotundo SÍ.
Los rollos del mar muerto demostraron inequívocamente el hecho de que los judíos eran fieles en su trascripción de los manuscritos bíblicos. La reverencia por las escrituras fue referida hace mucho tiempo por Flavio Josefo, el historiador judío del siglo primero: "Hemos dado pruebas practicas de nuestra reverencia por nuestras propias Escrituras, pues, aunque ya ha pasado tan largo tiempo, nadie se ha atrevido a añadir, quitar ni alterar una sílaba; y es un instinto en cada judío, desde el día de su nacimiento, considerarlas como los decretos de Dios, cumplirlas y si fuere necesario, morir gozoso por ellas.
"Una y otra vez, se han observado prisioneros que soportan torturas y muertes de todas formas en los circos, en vez de preferir una sola palabra contra las Leyes y los documentos relacionados" ("Flavio y Josefo contra Apión", en Josefo, Obras Completas) La actitud que Josefo relata se refleja en la comparación del texto masorético, que es la base de nuestras Biblias hebreas, y los rollos del Mar Muerto. Entre los fragmentos descubiertos hay copias completas o partes de cada libro del Antiguo Testamento, excepto Ester, y las variaciones en el texto después de mil años de copias son mínimas. Así que no se puede decir que los rollos del mar muerto pongan en duda la seguridad del texto de la Biblia.
"Los libros del Antiguo testamento procedentes de Qumrán (Qumrán es la localidad principal de la zona del Mar Muerto donde se encontraron los rollos), son los que encontramos en nuestras Biblias. aparecen variaciones textuales menores, como en otros documentos que dependen de las copias a mano para su multiplicación, pero el texto bíblico se puede considerar como esencialmente seguro"(the Dead Sea Scrolls and the Bible,p.114.Charles F. Pfeiffer).
Al comparar el mensaje del Coronel con Las Escrituras concluimos que a pesar que la Biblia ha sido copiada en innumerables oportunidades, y su mensaje a pasado de generación en generación, Dios no ha permitido que su palabra nos halla llegado adulterada.